Durante tres horas ininterrumpidas, el portal ¡Olmos ya! trasmitió en vivo, las violentas imágenes de los cuatro niños accidentados; las que mezclaron con desgarradoras escenas de dolor de los familiares y aderezaron con reacciones de la población, que incluyo, el incendio del vehículo, conducido por el ebrio, que mato a la niña que viajaba en el mototaxi.
Al final de la trasmisión -sin ningún rubor- el “reportero” agradeció a los usuarios que se conectaron al medio y por haberles otorgado “estrellitas” que, en otras palabras, significa dinero. ¡Canalla!
Seudo periodismo
Ese “periodismo” que esgrime Beto Castro, difiere abismalmente, con lo sucedido en diciembre del 2017, cuando los compañeros de Erik Arenas Sierra en la facultad de Psicología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos tomaron sus mochilas y casacas, para bloquear el acceso de la prensa, a imágenes de la madre que desesperaba perseguía la camioneta de la Dirección de Criminalística de la Policía Nacional, que trasladaba a la morgue, el cadáver de su hijo.
La escena fue un acto de dignidad de los estudiantes universitarios frente a una prensa morbosa, no en vano llamada buitre, sensacionalista, ansiosa de muerte y dolor. Pero, ese acto reivindicativo por parte de la sociedad no se advierte siquiera como un mea culpa en la prensa, con lo sucedido con ¡Olmos ya!
Erik Arenas Sierra, un joven estudiante de tan solo 20 años fue degollado cuando se dirigía a ver sus notas tras terminar el cuarto ciclo de la carrera. El crimen dejó conmocionada a la comunidad estudiantil y a toda la población.
Morbo
Cuando buscamos Morbo en el diccionario, encontramos las siguientes definiciones:
1.- Enfermedad.
2.- Una fascinación enfermiza por personas o casos.
3.- Atracción por situaciones desfavorables.
El morbo reviste crueldad, engaño, alteración de la realidad. Y, sin embargo, un sector de la prensa, y me incluyo, no hemos sido capaces de enfrentar el desafío por desterrar esta práctica que ahora, ha infestado las redes, con los que se hacen llamar “periodistas comunitarios”
Problema ético
Quienes estamos en el periodismo desde hace años, sabemos que sigue siendo un desafío deshacerse de tanto sensacionalismo y morbo que suena más terrible al oído (tal vez para Beto Castro no); porque la respuesta natural debería ser cuestionarnos, hacer mea culpa, negarnos a seguir reproduciendo esa conducta que está muy lejos de los principios del periodismo.
El morbo es crueldad, es mentira, es desinformación, es la humillación pública; y en el caso de ¡Olmos ya!, ha encontrado la química para mezclar el morbo con la publicidad, para abultar sus ganancias económicas.
Así lo confirmó Beto Castro, al final de su transmisión y en un acto canalla, lo corroboraron, en otra publicación ANNIE VERA PUSE y EDSON LABRIN, integrantes de esa plataforma, como si sus actos no estarían en conflicto con ningún problema ético.
Y, por si fuera poco, demostrando que para los integrantes de la agrupación ¡Olmos ya!, la ética no es un tema que practiquen, conozcan o les interese, armaron una publicación falsa, con un artículo de este periodista, asegurando que el diario Correo “destacaba” la maratónica trasmisión morbosa.
Castro, se atrevió a borrar mi nombre, del informe periodístico sobre el accidente, que se publicó el 4 de agosto del 2023, en la página 3 del diario en mención.
Pregunto: ¿Sabrán lo que es ética, las personas que están detrás de Beto Castro o las empresas que contratan publicidad con esta plataforma?
¡Carroñero!
Y en efecto, como lo noticieros de televisión que se han convertido en carruseles de un horror que pretende fascinar la atención de los televidentes; ¡Olmos ya! sigue el mismo formato de la televisión basura, que empieza relatando la violación a una menor de edad, o el atropello de una inocente familia, o el linchamiento de un presunto ladrón en una población, o el asesinato de una persona inocente a manos de un sicario.
Entonces para Beto Castro, cubrir el escenario del accidente, las declaraciones de los familiares, de las víctimas, de los testigos; todo ese tiempo que invirtió, cumplía un solo objetivo: Ganar estrellitas o mejor dicho dinero. Dinero a costa del dolor ajeno; de la muerte de una niña. ¡Carroñero!
¿Hasta cuándo?
De un tiempo a esta parte, desde que en Olmos apareció esa y otras cuentas de Facebook de “periodistas comunitarios” y trolls al servicio del mal, el morbo se ha convertido en un virus que se extiende y corroe.
¿Hasta cuándo esas plataformas “dirigidas” por seudo periodistas van a seguir comiendo de nuestros muertos? ¿Hasta cuándo el pueblo de Olmos va a permitir que se siga difundiendo sangre y muerte? ¿Hasta cuán importará más, ese tipo de trasmisiones, que pelear las batallas contra la corrupción?
Necesitamos debatir y discutir nuevas formas de hacer periodismo en las redes, no como lo hacen esos seudo periodistas carroñeros y canallas. Necesitamos despojarnos del gusto por el morbo y dejar de salivar por las desgracias ajenas que venden, porque es más fácil crear mierda -como lo hace esa gente- que ganar méritos, con verdaderos informes periodísticos que ayuden al crecimiento de un nuevo ciudadano olmano.
Finalmente, después de leer y analizar este tema, es necesario que deje a su conciencia responder la siguiente pregunta: ¿Estamos ante buitres sensacionalistas o vulgares mercachifles?
Pero tambien, es necesario expresar, que Beto Castro ha violentado el art 6 de la Ley 27337, Ley que aprueba el Nuevo Código de los niños y adolescentes, que sera descrito una nota aparte.