Pocos lugares en el mundo vieron nacer grandes civilizaciones. Uno de ellos es Lambayeque, en Perú. Aquí podrás conocer una de las culturas más antiguas del mundo: la cultura Moche.
Esta civilización desarrolló su propia escritura, arte y religión. Se organizó social y urbanamente dejando vestigios de este prodigio por todo el norte chico.
La Cultura Mochica
Destacada por sus cerámicas y arquitectura, la Cultura Moche o Mochica surgió en el intermedio temprano, entre los años 100 y 800 d.C. Su ubicación geográfica se da en los valles de Lambayeque y Huarmey, al norte del Perú. Con respecto a su cerámica, resaltan los impresionantes ´Huacos Retrato´, que reflejan escenas mitológicas, religiosas y de la vida cotidiana en la cultura.
Los ceramistas mochicas se basaron en tres deidades para sus trabajos: los seres humanos, los animales y las plantas. A su vez, su arquitectura se basaba en adobes de barro, donde las huacas piramidales de gran dimensión: Huaca del Sol y la Huaca de la Luna, son las manifestaciones arquitectónicas más trascendentes de los moches.
Es importante destacar la forma de sus entierros, donde la élite gobernante, las tumbas comunes y el entierro simple tenían marcadas diferencias en cuanto a decoración y objetos utilizados
El imponente Señor de Sipán.
Si hablamos del Señor de Sipán, hablamos de una de las figuras más representativas de la cultura Mochica. El Señor de Sipán fue un antiguo gobernante Mochica perteneciente al siglo lll, cuyo hallazgo resultó trascendental para la arqueología mundial, ya que su tumba fue el primer entierro real encontrado intacto en América del Sur, y que pertenece a una civilización peruana anterior al imperio incaico.
La tumba real del Señor de Sipán fue descubierta por el Dr. Walter Alva y su equipo de investigadores en Huaca Rajada, complejo arqueológico al sureste de la ciudad de Chiclayo, en 1987. Según los estudios realizados, el gobernante mochica era una persona de 1.65 metros de altura, de aproximadamente 30 años y que habría muerto entre los años 240 y 310 d.C.
Fue hallado en un ataúd de madera, el primero de ese tipo que se encontró en América. Al lado de sus cabeza y pies había dos esqueletos de mujeres jóvenes y en las partes laterales, los esqueletos de un perro y dos llamas. Cubierto de pies a cabeza de oro, plata, cobre y piedras preciosas, su cráneo estaba encima de un plato de oro, demostrando la importancia de este antiguo líder para la cultura Mochica.
Se recuperaron alrededor de 600 objetos de gran valor histórico y monetario en la tumba del Señor de Sipán. En el sarcófago, además de las piezas de oro, plata y piedras preciosas, se encontraron objetos de cerámica y de madera tallada.
En cuanto a su vestimenta, se encontraron tres pares de orejeras de oro y turquesa, un collar formado por veinte representaciones de frutos de maní, diez de oro y diez de plata. Para la cultura Mochica, el maní representaba el comienzo o el renacer.
Es importante destacar que junto al Señor de Sipán, se encontraron restos de ocho personas: cuatro hombres, tres mujeres y un niño. Según investigaciones, las mujeres eran sus concubinas (relación marital de dos personas sin estar unidos en vínculo matrimonial) y los hombres han sido interpretados como un jefe militar, un vigía y un soldado.
Cerca a la tumba del ´Señor de Sipán´, se encontraron las tumbas de ´El Sacerdote´ y del ´Viejo Señor de Sipán´. En esta última, cronológicamente más antigua, su cámara funeraria no presenta acompañantes y su envoltorio es en base a fibra vegetal, con signos de jerarquía real, ataviado de cetros de oro, finas joyas de oro, plata, pectorales de concha, e iconografía peculiar, única en su género.
Museo Tumbas Reales de Sipán
Debido a la trascendencia cultural de los hallazgos y al impulso de su descubridor Walter Alva, se realizó la construcción del ´Museo Tumbas Reales de Sipán´ en la ciudad de Lambayeque, departamento de Lambayeque, el mismo que es considerado como uno de los atractivos turísticos más importantes de esta parte del norte del Perú.
Inaugurado en el año 2002 y con un diseño arquitectónico inspirado en las antiguas pirámides truncas de la cultura Mochica, su principal atractivo es la tumba del Señor de Sipán, sus joyas, cerámicas y ajuares funerarios.
La increíble colección de piezas de la tumba del Señor de Sipán ha sido exhibida en los principales museos del Perú y del mundo. Hasta la actualidad, investigadores trabajan para obtener nuevos descubrimientos y preservar este sitio arqueológico, de vital importancia para la historia peruana y mundial.
Chiclayo: Ciudad de la amistad y la buena mesa
La ciudad de Chiclayo, además de alegre y amigable, ofrece al visitante una fuente riquísima de restos arqueológicos, productos artesanales y maravillas gastronómicas.
Las casonas republicanas son testigos de un antiguo esplendor y ni qué decir de los museos, que guardan magníficas evidencias de poderío como la tumba del Señor de Sipán; no menos impresionantes son las numerosas pirámides de barro en Túcume, los hallazgos de Sicán en medio del Santuario Histórico Bosque de Pómac y los sitios naturales como la Reserva Ecológica Chaparrí y el Refugio de Vida Silvestre de Laquipampa, donde se pueden observar osos de anteojos y la mítica pava aliblanca.
Ferreñafe: Tierra de la doble Fe
Tierra de chamanes y agricultores de arroz, Ferreñafe es el típico pueblo del Perú donde la herencia española se mezcla con el imaginario religioso local.
Es famoso por el museo de Sicán, que alberga la sepultura de uno de los señores más poderosos de la región, que ejerció su soberanía antes que los incas.
La hospitalidad de su gente y su deliciosa gastronomía hacen de Ferreñafe un paso obligado camino al norte del Perú.